domingo, 20 de marzo de 2016

Cuestión de género: Wizard Rock


Cuando primero ideé A la izquierda del dial como un programa radial, había considerado el espacio como una plataforma para presentar cada semana la música de un país o echar un vistazo por los cientos de géneros musicales existentes en el mundo. Ahí, el technical death metal tendría la misma oportunidad de protagonizar un programa como el pop más pegajoso. Inclusive, si alguien hubiese estado dispuesto a exponer su caso a favor del reggaeton o la bachata, ahí lo hubiese encontrado (claro, probablemente el nombre del programa hubiese sido otro). Sin embargo, a medida que el programa se fue consolidando, también lo hizo la música que sonabamos. La paleta sónica seguiría siendo amplia, pero iría concentrada a exponer unos pocos selectos géneros y subgéneros según su relevancia. Eso sí, mi curiosidad por nuevos sonidos provenientes de lugares casi desconocidos permanecería vigente. Es esto mismo lo que me ha llevado a inaugurar esta sección del blog, en la que cada luna azul iré revisando subgéneros poco conocidos que difícilmente hubiese sido apropiado exponerlos durante dos horas de programación radial.

He decido comenzar el día de hoy con un tema amigable que espero les saque una sonrisa (dejo todos los subgéneros tétricos a Víctor a ver si se anima). La escena que veremos el día de hoy es el Wizard Rock o Wrock, como también se le es conocido. Sabemos que existen artistas que han dedicado canciones, álbums o incluso una que otra su trayectoria entera a la Tierra Media de J.R.R. Tolkien, pero por alguna razón, el universo de Harry Potter es el único que ha logrado crear una escena tan prolífica y leal como el Wizard Rock. Una escena que como veremos, incluso ha atrapado a músicos de algunas de nuestras bandas favoritas como Radiohead.

La primera canción de Wizard Rock es atribuida a una banda llamada Switchblade Kittens, quienes escribieron Ode to Harry Potter en el año 2000, desde el punto de vista de Ginny Weasley, quien en aquel entonces únicamente tenía un amorío platónico con el héroe cicatrizado. Sin embargo, el género no nacería propiamente hasta un par de años después, cuando Paul, el mayor de los hermanos DeGeorge jugó con la idea de que si los personajes de J.K. Rowling existiesen, harían una gran banda, con buenas historias que contar. Es así como nace casi espontáneamente en una fiesta Harry & the Potters, quienes por puro "word of mouth" irían aumentando su fanaticada, a la vez que creaban el fundamento sobre el que se construiría este género, comenzando con la banda contraparte al héroe, Draco & the Malfoys y llegando en su mejor momento a contabilizar más de 500 bandas nombradas en honor a los personajes, hechizos, pociones y hasta citas tomadas de los libros. Hoy en día el género está casi muerto, pero con la nueva saga cinematográfica Fantastic Beasts and Where to Find Them lanzandose este año, y un anuncio por parte de la autora de seguir con la saga original, el revival del Wrock está a la vuelta de la esquina.


Obviamente el "público objetivo" o "target audience" de esta escena era los mismos fans de la saga. Si bien es cierto que los crecimos leyendo las aventuras de Harry Potter y haciendo millonaria a J.K. Rowling, encontraremos más referencias en las letras de las canciones, la música resulta lo suficientemente agradable como para ser disfrutada por aquellos que solo vieron las películas o incluso los que desconocen de que se trata (¿existen esas personas?). La forma más sencilla de catalogar el sonido es llamandolo Twee Pop, aunque existen variaciones que van desde el Wrap (Wizard Rap) o el más experimental, casi-Ween sonido de The Giant Squidstravaganza. El movimiento despertó la creatividad de muchos jovenes lectores, quienes además durante tres años produjeron una mailing list del EP del mes, cuyas ganancias iban destinadas a a obras beneficas que buscaban crear acceso a libros a niños de escasos recursos.

Este nivel de fraternidad y rompimiento entre el fanfiction y la música realmente no tiene antecedentes ni casos posteriores; que yo conozca al menos (me preocupa saber que exista una escena de pop-punk inspirada en Twilight). Y bueno, para llenar páginas de internet con historias de amoríos entre Harry y Draco (no que ese no sea un tema tocado por el Wrock), escribir canciones desde el punto de vista de los personajes parece una mejor alternativa.

Finalmente, como nota curiosa y como les comenté en la introducción, incluso músicos como Jarvis Cocker de Pulp y Jonny Greenwood y Phil Selway de Radiohead llegaron a tomar parte del fenómeno, al trabajar bajo el nombre de The Weird Sisters, apareciendo como la banda que toca en el Yule Ball en la cuarta entrega cinematográfica de Harry Potter.

En fin, si bien el Wizard Rock está lejos de ser esencial en la biblioteca del aficionado musical, esta no deja de ser una acotación interesante en la historia de la música pop, e incluso, bien podríamos decir que de la cultura pop ne general.

Los dejo con mi favorita personal:

domingo, 6 de marzo de 2016

¿Será este el fin del Exodus para poder ver una banda decente?


Por favor ignoren el hecho de que hace más de un mes que se realizó el concierto de la banda de trash metal estadounidense Exodus en nuestro país. Consideré sensato esperar un rato para evitar cualquier tipo de "hate mail" por parte de los visitantes metaleros... y luego, pues realmente debo aceptar que lo olvidé. Por más que lo deseemos (y creo hablar acá por Víctor y Tato), nos ha costado hacer parte de nuestra rutina el escribir en el blog constantemente. Pero ¡ojo metaleros! no hay necesidad de apresurarse a mandar Anthrax (no la banda) a nuestra cabina los miércoles en la noche, en realidad no tengo mayor cosa negativa que decir del concierto.

Mi hermano por años formó parte de la comunidad metalera y asistía a ese tipo de eventos que suelen verse anunciados en postes de luz, con afiches de a 40 centavos la fotocopia, y que aunque estuviesen un poco más claros, igual sería difícil poder leer las fuentes metaleras que anuncian las bandas participantes. Al día siguiente al concierto, no me costó alardearle que por lejos Exodus fue mejor que cualquiera de los conciertos a los que él fue en sus días de metal. Yo por mi parte puedo jactarme de haber estado en la primera presentación de Iron Maiden en Centroamérica en el 2008, en el Estadio del Saprissa de Costa Rica. Esa sin duda ha sido una de las más grandes experiencias de mi vida. La diferencia la encuentro en que llevo años de ser gran fan de Iron Maiden, mientras que de Exodus, previo al anuncio de su visita, en noviembre del año pasado, únicamente sabía de la existencia de un tal Bonded by Blood, sin haberles escuchado una sola nota.

Y bueno... supongo que dicho álbum debut de la banda patea traseros; las canciones son rápidas y agresivas y los músicos de Exodus son bastante competentes como para cargar sus canciones con complejos pasajes. Sin embargo, descubrir "nuevas" bandas de metal ya no es una prioridad (si es que acaso alguna vez lo ha sido), y por más bien que una banda se presente en el escenario, no hay como el poder escuchar y corear todo el setlist de una de tus bandas favoritas (aun cuando te toque oírlos desde gradería). Y es que en el concierto de Exodus me resultó evidente que no te puedes hacer gan de una banda a la fuerza. Volverte fan implica todo un proceso de descubrimiento, el llegar a ellos conectando artistas, un protocolo en el que a veces un álbum puede no atraparte a la primera, o a la segunda, o a la tercera... A esto le debo agregar que entre más extremo es el metal, más me cuesta diferenciar una canción de la otra.


Habiendo dicho esto, déjenme decirles que fui al concierto con la expectativa de presenciar un buen show y me fui a mi casa completamente satisfecho, porque afróntemolo, seamos o no fans de Exodus, esta es la banda más importante que se ha presentado en Honduras, quiza desde que Soda Stereo tocase en 1996.

Para aquellos que no los conozcan bien, Exodus nació en la escena trash metal del Bay Area de San Francisco, la misma que dio origen a bandas como Metallica y Testament. El mismo Kirk Hammett, guitarrista de Metallica en todos sus álbums de estudio, formó parte de una de las primeras alineaciones e incluso dio a la banda el nombre de Exodus. Hammett apenas llegaría a grabar un demo con la banda antes de cambiarse a Metallica, en una decisión que sin duda no se arrepiente. Debido a problemas con la disquera, el lanzamiento de Bonded by Blood se vería retrasado, perdiendo así la ola que eventualmente llevaría a Metallica a convertirse en una máquina llena estadios. Sus fans atribuyen a este retraso el que hoy Exodus permanezca siendo una banda de culto y un acto principal en los festivales de rock más prestigiosos.

Si hay alguien que no pudo ir y quedó intrigado con la banda (prometieron volver), obviamente es con Bonded by Blood donde deben comenzar. Adicionalmente, y sin realmente haberme adentrado a escuchar su discografía completa, puedo recomendarles Tempo of the Damned de 2004, otro gran álbum capaz de rockearte fuera de tus calcetines, aun cuando con una mejor producción, muestre poca evolución en los 20 años que lo separan del debut.


Hablando propiamente del concierto, debo de empezar por decir que el local me pareció adecuado, ya que se mostró contar con un buen sonido, y siendo aquel uno de esos días de frío y viento que nos ha traído este principio de año, el pelo largo de los músicos creaba un efecto que parecía planificado. Los metaleros cumplieron; mostraron su fanatismo. El mosh-pit (de lejos, desde donde estaba) se miraba aterrador, pero Steve Souza, el cantante, sugirió entre canciones "Si alguien se cae, se le levanta. Estamos todos juntos en esto". Hasta donde pude diferenciar, el extenso setlist contó con la mayor parte de las canciones de Bonded by Blood, sin embargo, mi poco fanatismo por la banda queda demostrado en el hecho que mi momento favorito de la noche fueron los pocos segundos en los que la banda molestó con romper tocando Raining Blood de Slayer.

Enumeraré varios aspectos negativos, pero comenzaré diciendo que en general, no me parecen tan significativos, ni menguaron de forma alguna mi goce del espectáculo. Primero, aquellos que no estamos en el círculo del metal, ir a un concierto puede resultar molesto, por la idea de los metaleros de que todos los presentes son "hermanos", y algunos pueden terminar invadiendo tu espacio personal, especialmente si están ebrios al punto que te hacen preguntarte cuánto del concierto podrán recordar a la mañana siguiente. Otros metaleros acabados prefieren quedarse bebiendo afuera del local, y dado el parqueo del Marriott queda al aire libre, aprovecharon a joder a tal punto que el concierto debió detenerse un par de angustiosos minutos. En segundo lugar, Gary Holt, el bajista titular y único miembro en aparecer en todos sus álbums de estudio, no pudo estar presente, dado que se encuentra tocando con Slayer desde la muerte de James Hahneman en 2013. Claro está que ese es un hecho que queda fuera del control de los organizadores. Algo a lo que tampoco se les puede culpar del todo es por la cercanía de fechas de este concierto y la presentación de Anthrax y Iron Maiden en El Salvador. Si alguien no fue a ver a Exodus por ahorrarse y ver a Maiden y Anthrax, no los puedo culpar... tan solo espero que el concierto de Exodus le haya resultado provechoso a los organizadores.

Ya por último, algo por lo que sí se le puede señalar a Live Rock Productions es el caso omiso que se le hizo al público que no compartía en las redes sociales la idea de que Godzend fuese la banda telonera del concierto. Por lo que leí en Facebook realmente esperaba algo mucho peor, pero aún así, la mayor parte del público optó por entrar cuando estos terminaron su presentación. Desconozco de metal hondureño más allá de Delirium, pero no me resulta difícil imaginar que existan bandas más acordes a la ocasión.

Finalmente, me gustaría cerrar felicitando a Live Rock Productions y a todos los que han hecho posible tener a Therion y a Exodus tocando en nuestro país. El público metalero es difícil de complacer, pero suele cumplir, siempre y cuando los eventos estén a la altura. Habló por todos los que nos gusta la buena música al decir que nos emociona estar viviendo lo que parece ser una nueva etapa para los conciertos en Honduas. Eso sí, si alguna vez queremos ver a artistas de primer nivel, debemos de seguir apoyando los esfuerzos de Live Rock, quienes tampoco están exentos de responsabilidad, ya que deberan cuidar la calidad y capacidad de convocatoria de las bandas que escojan traer (calidad sobre cantidad). Por mi parte, tengo hasta septiembre para ponerme a escuchar y tratar de cambiar de opinión sobre el a veces ridículo power metal de Luca Turilli's Rhapsody y el casi genérico (aunque no mal) sonido de Primal Fear.

-Diego