martes, 29 de diciembre de 2015

Clásicos a la Izquierda: Sun Kil Moon - Ghosts of the Great Highway


Jetset Records, 2003

Mark Kozelek es un hombre que no sabe medir palabras. Desde sus días como el líder de la mítica banda de slowcore, Red House Painters, donde sus letras espeluznantemente personales detallaban sus batallas contra las sustancias, la depresión y los traumas familiares, hasta el día de hoy cuando sus exabruptos contra miembros de su audiencia y de otras bandas causan sensación en la prensa que cubre los circuitos de música independiente (por no decir nada del contenido lírico de sus últimos álbumes donde ha redefinido lo que significa ser “confesional”) la discreción nunca ha sido uno de los fuertes de este locuaz cantautor. Lo curioso es que el mejor disco de la tortuosa carrera de este bocazas es el que posiblemente menos enfoque ponga sobre su verbosidad y más sobre el otro fuerte de Kozelek: su destreza con la guitarra tanto acústica como eléctrica.


No es por decir que la lírica de “Ghosts of the Great Highway” sufra en comparación a las demás obras de Kozelek; en el encontraremos todo desde elaboradas narrativas ficticias (con giro y referencias eruditas al boxeo y todo) como “Glenn Tipton”, hasta afectivas canciones de amor como el ciclo de canciones que ocupa la mitad del disco; solamente que lo que más impresión causa en este escucha es la dimensión musical de este LP, la cual sobra decir es sublime hasta el punto que le vale ser colocado entre los mejores discos de su década.

Comencemos por la producción, la cual parece hacer para la guitarra acústica lo que Kevin Shields hizo para la guitarra eléctrica en su trabajo con su banda My Bloody Valentine, captando un denso entramado de arpegiatura tanto acústica como eléctrica con efectos como distorsión y delay leves, todo esto muchas veces en afinaciones alternas con tal nivel de detalle y separación que nunca se pierden de vista los componentes individuales; hasta la multitud de instrumentos foráneos (lira, cuartetos de cuerdas, sintetizadores) que son integrados orgánicamente en las canciones, “Ghosts of the Great Highway” representa un festín auditivo para el escucha, con tonos orgánicos y arreglos complejos capturados con fidelidad audiófila.


Instrumentalmente, a pesar de que Mark Kozelek no había logrado aún la sofisticación técnica que lograría posteriormente al estudiar guitarra clásica, me aventuraría a decir que aún así este álbum representa la mejor síntesis entre su estilo de guitarra folk rasgada con dedo y su trabajo en la eléctrica, el último de los cuales parece tomar el estilo sucio y distorsionado que hizo tan famoso a Neil Young y actualizarlo para el siglo XXI; esto queda plasmado de mejor forma en la canción más larga del disco, la épica “Duk Koo Kim”, la cual logra englobar las preocupaciones del disco tanto líricas (el boxeo y las relaciones sentimentales) como musicales (acústica vs eléctrica) a la vez que crea su propio género musical, una especie de folk confesional con tintes de shoegaze en las distorsiones con una parte media-y una duración- que recuerda al malogrado género del rock progresivo.

Kozelek solo ha realizado un álbum más con estas características, el casi igualmente magistral “April” del 2007; en gran parte abandonaría la guitarra eléctrica para enfocarse casi exclusivamente en la acústica, siendo su disco “Universal Themes” el único donde ha empleado el instrumento desde aquel entonces, aun así siendo el estilo radicalmente distinto a las épicas guitarreadas que le valieron su reputación-cabe decirlo- desde los años postreros de Red House Painters. No me corresponde decir que el deseo de dejar atrás el lastre que significaba el nombre “Red House Painters” lo haya empujado a tomar esta decisión artística, solo espero que los reportes provenientes de voces torvas que atribuyen la locuacidad, el alza en lo prolífico  y la beligerancia sobre el escenario recientes de este personaje a una enfermedad terminal no divulgada sean falsos y Kozelek decida un día de estos regalarnos, una vez más, un épico al estilo de “Ghosts of the Great Highway”.




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