domingo, 31 de enero de 2016

Reseña: Suede - Night Thoughts (2015)


Resulta interesante, incluso obligatorio el tener que mencionar a David Bowie en esta reseña, pues la carrera del recientemente fallecido icono musical ha compartido ciertos paralelismos con la carrera de la banda británica Suede en estos últimos años.

El 2013 marcó el regreso de ambos artistas con un nuevo álbum tras 10 años de silencio. Nuevamente en este joven 2016, ambos nos entregan su siguiente material. Tristemente para la banda liderada por Brett Anderson, siempre se han visto opacados por la sombra de una leyenda. Sin embargo, la conexión entre "el camaleón del rock" y Suede va más allá de meras coincidencias cronológicas, pues la influencia de Bowie en la música, imagen y presentación de la banda y especialmente en el líder y cantante Brett Anderson resultan evidentes.

Para aquellos no familiarizados con la banda, allá por 1992 la revista Melody Maker los llamaba en su portada del 25 de abril "la mejor banda nueva en Gran Bretaña" cuando aún no tenían siquiera un lanzamiento oficial. Su debutante disco epónimo Suede, saldría en 1993 a gran aclamo, convirtiéndose en el debut mejor vendido en la historia de la isla, ganando el primer Mercury Prize otorgado a lo mejor de la música en el Reino Unido, y definiendo casi por si mismo el género Britpop que dominaría las frecuencias radiales en los siguientes años.

Aquel muy competente álbum, que denotaba el característico sonar ambiguamente sexual de la banda, que recordaba al más andrógino David Bowie y a los ídolos musicales ochenteros de The Smiths (el baterista de The Smiths Mike Joyce incluso formó parte de una de las primeras alineaciones de la banda), tanto en letra como en sonido, sería superado por la obra maestra de la banda, Dog Man Star de 1994. Dicho disco profundizaría en los temas de escapismo oscuro del debut, a medida que la banda buscaba distanciarse de la etiqueta del Britpop a través de un sonido más maduro, ambiental e inmersivo. Sin embargo, sería también durante la grabación de este álbum que la prolífica asociación entre Brett Anderson y su guitarrista Bernard Butler se rompería a tal punto de forzar la salida de este último. Ambos se complementaban al estilo de un Morrissey-Johnny Marr, por lo que fue necesario encontrar en el sustituto de Butler, Richard Oakes, alguien que mantuviese la misma dinámica. Con Oakes, Suede (o The London Suede, como es conocida en América debido a la demanda de una oscura cabaretera legalmente adueñada del nombre "Suede") logra sacar Coming Up en 1996, el disco que se convertiría en su mayor éxito comercial. Purgada quedó la oscuridad de Dog Man Star; acá la banda se presenta con un sonido más amigable que además representa el último disco bueno de la banda antes del "crash & burn" que sufrirían con Head Music del '99 y A New Morning de 2002 y que llevarían a la disolución de la banda.

Beautiful Ones (1996)

Los años venideros fueron marcados por la conciliación entre Anderson y Butler, quienes incluso grabarían un álbum entero bajo el nombre de The Tears. El producto, Here Come the Tears de 2005 nos lleva al sonido de los primeros años de la banda, pero con un mayor sentido de libertad debido a soltarse del nombre de su banda madre, no muy distinto a lo ocurrido con Jimmy Page y Robert Plant en los 90s. Luego, vendría la inevitable reunión en 2010 (tristemente sin Butler), y el eventual lanzamiento de Bloodsports, el sexto álbum de estudio de la banda y el mejor recibido por los fans y la crítica desde Coming Up. Sin ser realmente necesaria (la banda tendría un gran legado de solo haber lanzado sus primeros tres álbums y B-sides acompañantes), la reunión de Suede es una de esas que no molesta, pues su entusiasmo se hace sentir en sus nuevos trabajos de estudio y en sus presentaciones en vivo (a juzgar por sus dos álbums en vivo post-reunión).

Animal Nitrate (En Vivo Royal Albert Hall 2010)

Y así llegamos hasta el presente, al año 2016, y a Night Thoughts, el segundo álbum de estudio desde la reunión de la banda y que como ya mencionamos, coincide con el último lanzamiento y posterior muerte del ídolo David Bowie. Como la mayor parte de las bandas reunidas cuyas nuevas producciones valen la pena, tanto con Bloodsports como con Night Thoughts, Suede se remonta al sonido que los hizo famosos; pareciendo enfocarse en los fans de sus años mozos y los numerosos más que sus mejores canciones han ido aglomerando con el pasar de los años. En general Suede carece de un mayor atractivo comercial, aunque por momentos les guste pretender que la era del Brit Pop aun existe. Night Thoughts persigue un sentido más maduro, con canciones que fluyen de una a la otra en forma de una semi-opera de rock (el lanzamiento del disco viene acompañado por una película), y con ciertas letras que reconocen que los miembros de la banda ya no tienen 20 años.

Más allá de las pretensiones por trascender sus anteriores trabajos, el sonido de Suede en Night Thoughts retiene lo que mejor saben hacer, buenas canciones, que con títulos como "I Don't Know How to Reach You" o "I Can't Give Her What She Wants" demuestran que algunas temáticas no se han descartado a pesar de la edad, dado que el concepto que Suede nos ha vendido está naturalmente apegado a la juventud. Temas como "Outsiders", "Pale Snow" o "Like Kids" seguramente recordarán a canciones pasadas, pero con suficiente variación para no determinar con precisión a la víctima del préstamo. Más que optar por un sonido cambiante (la banda lo intento y falló con Head Music), Suede parece contenta en seguir su carrera como si fuese 1996,  lanzando algo entre el comercialismo de Coming Up y la oscuridad de su predecesor, ya que como el mismo Anderson ha aceptado en el pasado, Suede no volverá a hacer otro Dog Man Star.

No Tomorrow (2016)

Con eso en mente, queda claro que como con la reunión de Dinosaur Jr., esta nueva etapa en la carrera de Suede no cambiará el mundo de la música, pero servirá como adición grata al catálogo y a sus presentaciones en vivo, donde no molestará escuchar temas como "No Tomorrow" a la par de ya consagrados temas como Stay Together (canción irónicamente lanzada previo al rompimiento artístico entre Anderson y Butler) o The Wild Ones (mi pick para la mejor canción de la banda). Este tipo de reuniones son gratas para aquellos que disfrutamos de la discografía de estas bandas por su sonido característico y no por una constante reinvención.

-Diego

viernes, 29 de enero de 2016

Reseña:★(Blackstar)-David Bowie

Cuando Bowie anuncio en el 2015 un disco que le seguiría a “The Next Day” creo que fui de los más emocionados, especialmente con la descripción que daba, una extravagancia de jazz con cantos gregorianos y Bowie cantando liricas cripticas. A pesar de que “The Next Day” fue una buena entrada al canon del artista, sentí que Bowie no tomo ningún riesgo y trato de sacar un disco de matices ya tocados con éxito por el en otras partes de su discografía, pero este nuevo aporte sonaba como un Bowie inspirado, un Bowie creando un nuevo personaje , un Bowie con algo que decir.


★ (Blackstar) inicia con la canción del mismo nombre y primer sencillo de la producción, arranca con una breve introducción a base de cuerdas y luego da lugar a una pista de redoble inspirada en el trip hop británico, mientras Bowie  entra con su distintivo barítono cantando que “en el día de la ejecución las mujeres tienen que arrodillarse y sonreír” con cantos gregorianos al fondo mientras un saxofón y trompeta se entremezclan después de cada verso. La verdad esta combinación suena terrible pero Bowie es Bowie y acá lo podemos ver pavoneándose, dándose gusto, inspirado, como en una especie de trance, tratando de exorcizar algo con esta música y justo a la mitad toda la banda baja la intensidad y sale el demonio que conjuraba Bowie a relucir. La voz de Bowie toma el mando y canta “Algo paso en el día que murió, su espíritu salto un metro y se hizo a un lado. Alguien más tomo su lugar y grito soy una Estrella Negra, soy una Estrella Negra” con una melodía dulce como si fuera el espectador de esta nueva Estrella Negra naciendo. En el video que hicieron de la canción se aprecia como Bowie canta con sus ojos vendados y con piedras donde irían sus globos oculares mientras vemos imágenes de cadáveres de astronautas. Mucho se ha querido interpretar de estas letras, inclusive aludiendo de que se trata de Isis o anunciado su inesperada muerte, pero en la coda de la canción todo se torna más despacio y fúnebre, volviendo a esconder su significado.


La siguiente canción del disco “’Tis a Pity She Was a Whore”empieza con una sección de ritmo que no da tregua mientras las trompetas y saxofón le siguen dando esa atmósfera de estar un club de jazz en el renacimiento de Harlem donde Bowie entra cantando “Luego me pegó como si fuera un hombre, es una pena que sea una puta”. Esta canción no es nueva y salio en cómo lado B de su sencillo “Sue (Or In A Season of Crime)” y toma su nombre de la obra de John Ford con el mismo título. Pero decir que esta canción es la misma que se sacó originalmente sería un insulto para el cuarteto de jazz, compuesto por el saxofonista Donny McCaslin, tecladista Jason Lindner, bajista Tim Lefebvre y baterista Mark Guiliana, con el que colaboró Bowie en todo el disco, ya que la influencia de estos pesa grandemente sobre la pista, convirtiéndola en una pieza única y una obra de arte mejor lograda de lo que fue en su primera presentación.

“Lazarus” continúa el disco y se podría decir que esta es la canción más oscura que ha escrito Bowie y visita al personaje que interpreto en la película “El Hombre que Cayo a La Tierra” Thomas Gerome Newton 30 años después de su aparición. La letras de la canción hablan de como este personaje está herido, dolido y atrapado soñando en el día en el cual va a regresar a su libertad y en el video apreciamos al mismo personaje que encarnó Bowie en Blackstar en una cama de hospital levitando por los aires y otro Bowie más rejuvenecido bailando al salir de un closet que parece sarcófago.  El tiempo nos ha desvelado que esta canción es sobre los últimos días de Bowie, en una cama sucumbiendo al cáncer y con tantas drogas para el dolor que ya no puede contestar su celular, es lo más conmovedor que ha cantado alguna vez un ser humano.


En medio del disco tenemos Sue (Or In A Season of Crime) una canción que también ya había salido con anterioridad como sencillo de su última compilación “Nothing Has Changed”. Acá también notablemente transformada al punto que es irreconocible a lo que salió anteriormente. Con un estrepitoso bajo, la batería endemoniada y una sensación de destrucción inminente, la canción es el equivalente sónico de muerte por napalm en este disco, sirviendo para limpiarnos el paladar de lo que escuchamos anteriormente con un sonido muy post-punk. La letra de la canción es también inspirada en la obra de teatro de “’Tis a Pity She Was Whore”, obra que habla sobre una pareja de hermanos incestuosos, aunque por recientes eventos uno pensará diferente, especialmente cuando nos dice que ya recibió la rayos x de la clínica y todo se mira bien.

Para los fanáticos de “La Naranja Mecanica” se encontraran con la inesperada sorpresa de que en la canción “Girl Loves Me” parte de las letras están escritas en Nasdat, otra en Polari, un lenguaje secreto que utilizaban la cultura gay en Inglaterra para comunicarse, ya que la homosexualidad era ilegal en ese país hasta hace poco, y otra parte en inglés. Siempre manteniendo la tonalidad de jazz pero se escucha muy influenciada por artistas como Kendrick Lamar, inclusive el mismo Tony Visconti productor del disco ha dicho que Bowie estaba muy sorprendido por el disco de Lamar “To Pimp a Butterfly” y eso inspiró bastante el sonido de jazz que permea el resto del disco.

Seguimos el disco con lo que yo creo es la pista, la excelente “Dollar Days”, aunque se escucha como una canción muy tradicional y básica, la muerte de Bowie le da un sabor agridulce ya que es la canción donde el repasa su pasado, su presente y su anhelo por más tiempo en este mundo. Bowie quita la cortina que siempre lo envela y podemos escuchar por primera vez su secreto más oculto y resguardado, el de poder morir y regresar, como el mesías musical que siempre imagino. La canción termina para hacer un seguimiento sin pausa a “I Can’t Give Everything Away” que inicia con la harmónica de “A New Career in a New Town” del disco “Low”, una canción que habla sobre empezar de nuevo en un lugar diferente pero acá Bowie se vuelve a ocultar dejándonos con el resumen perfecto de su carrera “ver más y sentir menos, decir que no pero querer decir que sí, eso es todo lo que quería decir, ese es el mensaje que envié, no pude entregarles todo”, mientras la música conduce con un perfecto ejemplo del dream pop y le pone un punto final a la carrera de este artista.

Bowie ríe en una de sus últimas fotos en vida

Escuché el disco el día que salió, el cumpleaños de Bowie, antes de que muriera y el disco me pareció de los mejores que ha sacado en toda su carrera. A pesar de ser solo 7 canciones podemos ver que tenemos un artista completamente inspirado, deseoso de sacar una obra que le haga rival a los discos que lo pusieron en el panteón de la música y me parece que lo logró. Estoy seguro que en 20 años vamos a ver que ★ estará por lo menos en el top 5 de discos de Bowie.  El éxito del álbum no es tanto de que Bowie quiera reinventarse en un nuevo género y copiarle a la gente que le copia a él, sino que busca en su pasado y agarra esa brillantez que tuvo en la trilogía de Berlín y le hace un update para el siglo 21,  tomando influencias ya conocidas como Can, agregándole cosas de Radiohead y TV on the Radio y mezclándolas con la amalgama de jazz rock  de Miles Davis en “Bitches Brew”. Ciertamente habrá gente cínica que querrá quitarle merito al disco solo porque es visto con los ojos de nostalgia a causa de la muerte del intérprete y luego habrá gente que se va a querer montar al vagón de Bowie ensalzando demasiado el álbum sin escuchar lo que hubo, ambas cosas le restarían merito a esta obra maestra, lo mejor es escucharlo con mente abierta.

Una verdad innegable del legado de David Bowie fue que moldeó el siglo XX para que hubiera una apertura social más grande dándole cabida a gente que no encajaba dentro de parámetros provistos por la sociedad. Su sombra dentro de la música es grande y larga, ya que siempre estuvo presente sea como padrino Lou Reed e Iggy Pop, como rival de Marc Bolan, como amigo de John Lennon y Mick Jagger , como amante de Can y Neu!, como colaborador de Brian Eno y Queen, asesor de imagen de Duran Duran y Depeche Mode, idolatrado por Joy Division, inmortalizado por Nirvana y Flaming Lips, revitalizado por Trent Reznor, pregonado por Bunbury o padre espiritual de Arcade Fire.

sábado, 16 de enero de 2016

A la derecha del dial: Adele - 25

Adele - 25

Recién el miércoles por la noche, entre bloques musicales, Víctor, Tato y hasta cierto punto yo nos quejábamos sobre como páginas de cabecera como Pitchfork o Stereogum están aparentemente dedicando cada vez más espacio a las esferas de la música pop "comercial" como Justin Bieber o Rihanna. Hoy, vengo con una idea con la que jugaba en mi cabeza desde que comenzó el blog. Dedicarle cada cierto tiempo un espacio a una reseña proveniente de la derecha del dial, las frecuencias radiales tradicionalmente ocupadas de esparcir los éxitos. ¿Es esta una movida deliberada por tratar de alcanzar un público mayor y finalmente consagrarnos con un ansiado premio eXtra? Realmente no. Simplemente el hecho es que se quiera o no, aunque nos golpeemos el pecho argumentando escuchar solamente Krautrock alemán, lo cierto es que todos somos vulnerables en nuestro día a día a escuchar los éxitos del momento. Y si bien estos artistas se caracterizan por utilizar el medio de la canción por sobre el más purista álbum, me resulta interesante poder entender por ejemplo, como es que Adele consiguió vender más de 15 millones de copias de 25, su álbum del año pasado. Digan lo que digan, ese número nunca ha sido fácil de conseguir y menos en la insustancial era musical en la que vivimos en la que la mayor parte de nosotros consume su música a través de servicios de streaming como Spotify o Deezer.

Al menos que viviesen debajo de una piedra y con tapones en los oídos, lo más probable es que conozcan a Adele, conozcan sus canciones más sonadas en la radio y sepan también de la "trágica" historia detrás de su álbum breakthrough, 21 de 2011 (espero no sea necesario explicar que el disco se llama "21"). Según recuerdo, Adele fue traicionada en el amor antes de la composición de dicho álbum, y su devastadora experiencia la llevó a componer cortavenosas canciones como Someone Like You y empoderadores himnos como Set Fire to the Rain y Rolling in the Deep. Pero si Adele hubiese cantado estas canciones con la nariz tapada, probablemente sería la artista preferida de Víctor y pocos más, pero lo que realmente la hizo sobresalir fue el poder vocal que poseía. Este tipo de interpretaciones sentidas como las de Adele son comunes en los panteones de la música, pero raramente salen a relucir en la derecha del dial, y cuando lo hacen, obtenemos a nuestras Duffys y Amy Winehouses.


La vida de Adele aparentemente mejoró viéndose millonaria y famosa mundialmente casi de la noche a la mañana tras la desapercibida recepción de su anterior trabajo, 19 de 2008. Pronto tras haber encontrado el éxito, Adele se convertiría en mamá, haciendo dudar a muchos de como podría canalizar el dolor que hizo de 21 un éxito mundial, y los más mórbidos hasta bromearon con una tragedia maternal como inspiración a 23. Sin embargo, 23 no salió porque efectivamente, Adele tenía un "writer's block" y no sabía de que escribir. En dicho intervalo únicamente nos regaló Skyfall, el tema de la película homónima de James Bond, que a pesar de llevarse un Oscar no necesitó nada de creatividad para escribirse. Y luego, en noviembre, cuando sus fans se habían ya casi olvidado de Adele, se anunció la inminente salida de 25, junto con el lanzamiento del video promocional de Hello. Esta canción tomó un par de escuchas para caer en el agrado de los oyentes, pero finalmente se consolidó en las radios y logró generar expectativa por el nuevo trabajo discográfico. Cuando 25 finalmente salió a la luz el 20 de noviembre, Adele optó por no permitirle ser streamed en Spotify, mientras con la otra mano permitía la aparición en dicho servicio de sus dos trabajos anteriores, no disponibles hasta entonces. Yo personalmente busqué descargarlo por mis medios usuales y probó ser una tarea difícil, pero uno se las sabe todas y finalmente lo conseguí. Aun así considero que se hizo un buen trabajo para casi obligar a los interesados a ir a la tienda y comprar su copia física.

25 tenía muchos retos, pues seguía a uno de los discos que más han vendido en los últimos 15 años, y expresamente Adele había declarado no querer repetirse con otro disco de "corazón partido". La decisión de no apresurar el lanzamiento del disco fue inteligente, ya que Adele no tuvo miedo de eliminar discos enteros ya escritos a la papelera. Y aunque finalmente las canciones siguen girando alrededor del amor en terreno pedregoso, el haberse rodeado de compositores como el novato Tobias Jesso Jr., Bruno Mars y el productor Max Martin, dieron a Adele la posibilidad de por fin cerrar este ciclo de su vida, ya que la artista ha mencionado que 25 sería el último disco nombrado según su edad.


Si escucharon los temas principales de su álbum anterior, probablemente ya sepan lo que les espera en los 11 temas de este nuevo trabajo. Las canciones de Adele son mayormente baladas lideradas por un piano, con algún tema cambiante de ritmo (en esta ocasión "Send my Love to your New Lover", notablemente mejor que su predecesor "Rumour Has It" de 21). El tema junto con Tobias es particularmente interesante por la marca evidente del joven compositor canadiense. Su colaboración con Damon Albarn sonaba prometedora, pero lo único productivo para Adele que esta generó fue la mal intencionada publicidad que su falta de química provocó. Para mí el mayor fuerte de este disco es que, al menos por lo momentos y a excepción de Hello, tema que abre el álbum, los otros temas permanecen en un mismo peldaño, sin opacar a los demás; caso contrario terminó ocurriendo con 21, ya que terminaba siendo difícil escucharlo sin querer saltarse a los grandes éxitos.

No les recomendaré escuchar 25, pues sé que tarde o temprano, de alguna forma u otra llegará a sus oídos. ¿Ha salvado Adele a la industria musical? Probablemente no, y ningun otro disco siquiera se asemeje a sus números de venta. Su éxito, estimo personalmente, se debe a la buena publicidad y expectativa que generó. El hecho que el álbum sea bueno es algo extra, y que bueno que la cantante lo logra, ya que realmente deja abierto un nuevo camino musical para ella. Si citamos al polémico Noel Gallagher, quien dijo que "Adele hace música para abuelitas", habría que agregar que el enunciado puede tener mucho de cierto, pero en dado caso, las abuelitas no tienen de que preocuparse, pues hasta ahora, Adele ha cumplido.