Joanna Newsom o el Prog Femenino
Con este disco inauguramos la sección de reseñas de nuestro blog y sin adelantar mucho, ¡que discazo! Difícil encontrar una elección mejor, en verdad uno de los mejores discos del año, pero bueno, sigamos con la reseña, la cual esperamos sea de su agrado:
La humanidad lleva ya bastante
tiempo esperando el amanecer de una nueva era de paz y prosperidad, la cual se
supone comenzará una vez todos seamos gobernados por mujeres. Las mujeres, se
dice, con sus niveles constitutivamente más altos de compasión y empatía, nos
sacarán del atolladero financista y guerrerista en el que nos tienen atascados los
hombres, instaurarán efectivas políticas de redistribución de riqueza y en fin
transmitirán su buena vibra de mamás a las sociedades que las elijan.
En
parte, yo comparto esta esperanza, aunque muchos de los liderazgos femeninos
más famosos han dejado un amargo sabor de boca. Por cada Rigoberta Menchú
tenemos una Margaret Thatcher, por cada Michelle Bachelet, una Angela Merkel.
La razón principal por la que persiste esta esperanza en mi es por ver lo que
artistas femeninas de la talla de Joanna Newsom han logrado a lo largo de los
años, una especie de alquimia musical inalcanzable para prácticamente cualquier
músico con un cromosoma Y que demuestra que las mujeres pueden hacer cosas
impensables para los hombres y esto es: hacer del rock progresivo algo “cool”.
“Pero Víctor,” dirán queridos y
completamente hipotéticos lectores, “¡Joanna Newsom no es rock progresivo! La
acaba de buscar en ProgArchives y solo aparece gente en los foros de dicha
página peleando amargamente por su inclusión”. A lo cual respondo enumerando
algunas características de su arte y personalidad:
*Canciones con múltiples y complejas secciones (es decir,
para tocarlas se necesita de partitura)
*Ella es una instrumentalista clásicamente entrenada, virtuosa
en la ejecución instrumental de aproximadamente 500 instrumentos, pero
principalmente del arpa (el arpa, dios mío, con esto debería de bastar)
*Teclados, teclados, teclados (solo King Crimson se da el
lujo de llamarse progresivo sin usar teclados)
* Pinta y voz de elfa de Rivendell (aún así es más grave que
la de muchos roqueros progresivos)
*Lírica sobre mitología, historia y a veces hasta ciencia
ficción y fantasía
*Un airecito medieval en sus composiciones, a lo cual
probablemente contribuye el hecho de que su instrumento principal es UN ARPA.
Joanna Newsom de esta forma logra integrar un fino linaje de compositoras rock anglo que han logrado sintetizar aspectos del rock progresivo (musicalidad digna de un conservatorio, influencias del jazz y la música clásica, complejidad) con sensibilidades artísticas femeninas, de esta forma neutralizando lo ñoño con lo que ese cromosoma Y tiende a manchar al rock progresivo; para mí este selecto eje es compuesto por Joni Mitchell, Kate Bush y Fiona Apple, con la artista de la cual hablamos actualmente siendo la (hasta el momento) última pero no por eso menos digna adición al club. ¿Siguen sin convencerse y quieren más evidencia? Bueno, la Joanna se toma cada vez más y más entre discos por lo elaborados que son estos, tardando 5 años entre su último y este que nos ocupa actualmente y 4 años entre su penúltimo y su obra maestra progresiva, “Ys”; todo esto al más puro estilo de luminarias del rock progresivo como Tool y Thinking Plague, con la salvedad de que su último disco no es decepcionante, todo lo contrario.
Este se
llama “Divers” y encuentra a Joanna tomando el próximo paso en su proceso de
maduración artística. Aunque la música siempre conserva esa complejidad que la caracteriza
y que hace que esta se asemeje más a una fuga de Bach que a cualquier otra cosa
en el mundo del rock, esta Joanna no es la misma que junto a Devendra Banhart y Animal Collective lideró el "freak folk" de los 00's y nos ofrecía fábulas épicas
nasales sobre “el Mono y el Oso” tocadas al arpa con duraciones maratónicas. Las
canciones usualmente no pasan de los 5 minutos. Ahora los arreglos se basan la
mayoría de las veces en una línea melódica en el piano (instrumento que comenzó
a implementar Joanna en su disco anterior “Have One On Me”) alrededor del cual
se urden harmonías y contrapuntos proporcionadas por todo instrumento que se
les ocurra, desde guitarra eléctrica, acordión y el infaltable arpa hasta
cuerdas proporcionadas por la Orquesta Filarmónica de la Ciudad de Praga y un
ejército de teclados (clave, mellotrón, órganos) ejecutados magistralmente por Joanna.
Ocasionalmente encontramos leves pero excelentes matices electrónicos
proporcionados por sintetizadores Moog, pero la impresión general es de una
producción orgánica, acústica.
Esta
sensación sirve de grandioso complemento, no solo porque nos trae gratos
recuerdos de Joni Mitchell en su era “For the Roses” o de la Kate Bush
primeriza si no que va de mano con la lírica. En canciones que juegan con los
distintos y extemporáneos géneros que maneja esta cantautora magistral (“Goose Eggs” es country, “Sapokanikan” puro
pop de piano 70s al más puro estilo Kate Bush, “You Will Not Take My Heart
Alive” saca esa influencia clásica barroca siempre latente al frente) encontramos
a una Joanna que pondera el papel que juega el tiempo en la historia humana. “Sapokanikan”
el primer sencillo del álbum, nos muestra un denso entramado de referencias históricas
y literarias (desde la poesía de Shelley hasta la historia de los pueblos
aborígenes del estado de Nueva York ) que giran alrededor de la transitoriedad
de la existencia humana. “Waltz of the 101st Lightborne” nos trae una viñeta de
un mundo donde ejércitos futuristas con la capacidad de viajar por el tiempo
hacen una melcocha del pasado, presente y futuro.
En resumidas
cuentas, si buscan una obra de arte musical elaborada tanto musicalmente como
líricamente que seguramente seguirán desempacando con cada escucha sucesiva y
un excelente punto de entrada al mundo de Joanna Newsom, no hay opción que
supere a “Divers”. De más queda decir que no me sorprendería si este disco precipita la llegada de la Era de la Mujer, donde las mujeres lideran a la humanidad hacia una era dorada, llena de música vergona para rematar, así de bueno es.
PD: Si ocupan otra prueba de lo “prog” que es su música,
solo tomen en cuenta que la última palabra cantada en el disco es “trans” y la
primera, “sending”, al más puro estilo Pink Floyd.
-Víctor
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